El libro contiene un esbozo conceptual relacionado con un proyecto de transformación social, dirigido a suceder de forma progresiva el actual sistema político partidista que impera en Venezuela, profundizando los logros democráticos fundamentales alcanzados por la sociedad hasta hoy, e impulsando nuevas formas de participación social y política. Está dirigido a las ciudadanas y ciudadanos en general, a las organizaciones sociales y a las instituciones públicas y privadas. Su objetivo central es promover la confección socio institucional de un nuevo “Contrato Social”, capaz de superar el viejo paradigma mono–grupal de poder.
La teoría política y metodológica POLICRACIA, da forma a un nuevo modo de gobierno, organización social, política y electoral, y surge dada la necesidad urgente que tiene la sociedad contemporánea de aplicar un sistema político adecuado al mundo de hoy; apto para atenuar la pugna entre el Estado y el Mercado, el permanente conflicto gobierno – oposición; transformando el método monopólico – grupal de poder, a fin de crear un nueva gobernabilidad, de manera que la sociedad integrada y coordinada, pueda enfrentar con éxito la degeneración moral cultural que se evidencia, la emergencia ecológica local – global, el deterioro político-institucional, la crisis económica, el terrorismo, la corrupción, la violencia social, el narcotráfico y el “caos de vicios” general, agravados sin freno alguno y que representan serios desafíos, imposibles de superar mediante la tradicional forma de gobierno cupular.
La nueva arquitectura institucional policrática, busca también dar respuesta al grave fenómeno de “Complejidad Social”, causada por el impensado crecimiento demográfico del último siglo; acompañado de estos múltiples males sociales y materiales. Estos males reclaman, más que medidas simples, verdaderas soluciones estructurales, culturales, y esto sólo se puede lograr con una sociedad integrada y alineada en contra de la crisis. Y esto es lo que se propone el nuevo sistema: articular a todos los actores del desarrollo, generando un proceso de integración política que asegure una fase de reconciliación para Venezuela, una nueva convivencia ciudadana y la nueva movilidad social-material y cultural que se requiere con miras a mejorar la calidad y condiciones de vida de todos.
HIPÓTESIS
Durante las últimas décadas la sociedad contemporánea en general y venezolana en particular, ha logrado, mediante el método mono-grupal de gobierno, avanzar en lo físico-ambiental, infraestructural, lo técnico administrativo, académico, productivo, recreativo, políticamente en pluralidad, en organización social; todo en el marco de un esquema de desarrollo general deslumbrante que ha impresionado a la gente de manera positiva; por supuesto, no todos los beneficios de este modelo de progreso han podido llegar justamente a todos los sectores de la sociedad; como ha sido el deseo, ni ha logrado detener los niveles de antagonismo político y violencia social, debido a que por su diseño funcional, el método electoral deja en manos de un pequeño grupo social (Esquema de Monopolio de Poder), la responsabilidad de la gobernabilidad general.
El sistema político en consecuencia, ha degenerado en permanente división social y en un proceso de des-democratización que ha perjudicado al cuerpo como un todo, y le impide enfrentar y resolver con éxito una crisis ahora más profunda y generalizada. Y además porque de las estructuras simples de gobierno, en las nacientes sociedades rurales, se ha ido pasado a las superestructuras institucionales públicas de hoy, causadas por el impensado fenómeno de “Complejidad Social”, o crecimiento; el cual ahora demanda la participación pública co-responsable de todos los sectores de la vida ciudadana, sugerida por lo demás en los derechos civiles y políticos modernos, visualizando un reordenamiento indispensable. Una sistematización política nueva en la que se redistribuya el poder y la responsabilidad gubernamental, hasta el resto de sectores sociales, con el fin de rescatar la gobernabilidad y la paz del orden, como condición fundamental para restablecer la justicia e impulsar un verdadero desarrollo humano integral y solidario.
DESCRIPCIÓN DE MOTIVOS
Una de de las premisas originales del estudio sobre el modelo alternativo de sistema político POLICRACIA, y la más ratificada en su fase final, es la que supone que la raíz causal de la crisis que vive la sociedad venezolana, se encuentra en la praxis mono-grupal de gobierno, como método de evolución y desarrollo; y esto porque el método provoca divisiones y consecuencias que trastocan la paz del orden social, el progreso económico y las condiciones socio-espirituales del cuerpo, impidiendo se pueda trabajar por lograr juntos un verdadero desarrollo integral y solidario.
Si se mide el desarrollo social de Venezuela por sus logros educativos, culturales, por la paz social y la eficacia de sus instituciones para superar la crisis profunda y generalizada que padece, se puede concluir que el venezolano está frente a un nuevo fracaso del método político actual. De las innumerables consecuencias provocadas por el esquema mono-grupal de poder, destacan dos muy perjudiciales para la sociedad: el asistencialismo clientelista del grupo en el poder, generador de pobreza material; y la gravísima fractura social de la paz que impide al conjunto asegurar la cohesión necesaria para enfrentar y superar sus más serios desafíos. Una de las causas que incide en la reproducción de este cuadro de deterioro material, conflictividad y debilitamiento social, se encuentra en el modo electoral que consiente el monopolio de poder en manos de un pequeño grupo social (versión: tiranía electoral de la mayoría). El sector que llega al gobierno, sea cual sea su ideología, concentra los recursos, impone leyes, decide sobre el rumbo educativo, las medidas económicas y las relaciones internacionales según su parcial visión. En ocasiones el grupo actúa consultando y generalmente termina decidiendo según su interés. Debido a esta praxis la democracia se des-democratiza, desapareciendo la pluralidad social, la tolerancia, el diálogo y la paz.
Estresante Polarización Intergrupal
Usualmente el grupo en el poder concentra todas sus fuerzas, recursos públicos y tiempo en aniquilar al otro; en tanto quienes se oponen, no descansa hasta reunir las condiciones para destronar al que está en el gobierno; lo que hace que todo transcurra en un “choque” perenne. No hay tiempo para la cooperación social, para la fraternidad, para la edificación, solución de los problemas y demandas de la gente. Prevalece el deseo de colonización o dominio sobre la ciudadanía y los sectores de la sociedad. Ni el sector militar escapa a esta pretensión. En etapa electoral el grupo muestra un programa, buenas ideas y disposición, pero una vez instalado en el poder, la conducta usualmente varía. El resto de la Sociedad Civil denuncia los desvíos e incumplimientos; empero, muy poco puede hacer para evitar la multiforme malicia derivada de esta lucha, pues, a través del voto, ya la ciudadanía ha transferido su real poder. Protestas de todo tipo caracteriza el desempeño nacional, en una atmosfera de división y odio que desgasta el Alma de toda la Nación, degrada la vida comunitaria, incide negativamente en los vínculos personales y la comunión social.
El Método Político Electoral, la Corrupción y el Deterioro Ético Cultural
La praxis política provoca socialmente un creciente deterioro ético cultural, dado que las dispendiosas campañas electorales son costeadas con financiamientos ocultos; derivándose luego una creciente y galopante corrupción administrativa por parte de grupos públicos y privados. El sistema termina siendo un reforzador continuo del narcisismo personal y la idolatría monetaria. Un esquema de poder donde todos los sistemas de control fallan. Un escándalo de corrupción supera a otro. Se va perdiendo la capacidad de asombro, viviendo años y años con los mismos comportamientos. La corrupción se generaliza y se va imponiendo un modo de vida, caracterizado por la codicia y el materialismo voraz. Son crecientes los despilfarros del gasto público, los endeudamientos, las políticas monetaristas que empobrecen a las mayorías, sin que ninguno de los grupos resuelva o aminore la crisis, más allá de la construcción de obras materiales y de políticas asistencialistas. La demagogia grupal no sólo genera esta seria descomposición cultural, sino también: Un conflicto Estado – Mercado, con secuelas críticas para la economía (Crisis financieras, especulación e inflación galopante de precios, desabastecimiento, desempleo…), el Círculo vicioso de la pobreza material (Desigualdad y resentimiento social), la Descapitalización política relacional (intolerancia política, dependencia partidista, miedo y sumisión al grupo de turno), la Ausencia de Planes Integrales de Desarrollo (Crecimiento desordenado), la Dilación e interrupción de Obras de Interés Social (Discontinuidad), y al final una desesperanza acostumbrada en la gente al no percibir perspectivas de horizonte… (Malestar y frustración con tendencia a nuevos estallidos sociales).
El Peligro del Monopolio Grupal de Poder
La historia de la especie humana da cuenta como los grupos sectarios, se predisponen a una distinción entre el propio grupo y otros grupos del mismo cuerpo social, generándose xenofobias, racismos y guerras ideológicas brutales, ensangrentado a sociedades enteras. Los estudiosos de la conducta humana sostienen que cuando las personas actúan en grupo a través de la ideación o adoctrinamiento, pueden cometer atrocidades que jamás cometerían de manera individual. Cuando un grupo es sometido a una idea obsesiva, puede desarrollar una insensibilidad hacia la violencia y un comportamiento genocida peligroso para todo el cuerpo.
Es necesario caer en cuenta que la praxis monopólica grupal de poder, provocará siempre la confrontación, el odio y la división social, y a la vez tener presente que de la calidad del sistema, dependerá la calidad de vida y el bien común. Ante los reiterados fracasos de este modelo, se impone la necesidad de cambiar de rumbo, repensar el sistema electoral con el fin de rescatar la gobernabilidad, trastocada por el antagonismo y la confrontación. La POLICRACIA es una fórmula alternativa para un reordenamiento comunitario y social indispensable. En ella se propone una reforma electoral que conduzca a la UNINOMINALIDAD pura y estrictamente personal para los cargos públicos, con la idea de impedir el monopolio de poder grupal. La UNINOMINALIDAD es un modelo no excluyente, afincado en la persona humana, en el ciudadano/a protagonista, libre y solidario/a con responsabilidad político-social; el cual posibilitaría una vida digna y plena para todas y todos. En POLICRACIA se incorpora a la cosa pública la sociedad civil intermedia, con el fin de concitarnos y asegurar los arreglos sociales intersectoriales, garantizando la práctica de la solidaridad y el estímulo de la sana cooperación. Un sector o líder político camina junto a otro, si no cuenta con sobrado poder para abatirlo; por eso la fórmula uninominal ayuda a superar el sectarismo e individualismo materialista de hoy. En el actual método unos pocos deciden sus propios beneficios… En POLICRACIA, todos deciden el bien que es común, sin el monopolio grupal de poder.
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